9. Contratos inteligentes ("Smart contracts")

9.2 Características, beneficios, desventajas y riesgos

¿Cuáles son las características de los contratos inteligentes?

Algunas características de este tipo de contratos son las siguientes [1] :

  • Son autónomos, sin necesitar de un tercero para ejecutarse automáticamente.
  • Son seguros, siempre que la identificación de las partes sea la adecuada.
  • No requieren de un organismo regulador que verifique las transacciones.
  • Las transacciones son públicas, aunque no necesariamente lo sea la identidad de las partes.
  • Las operaciones son irreversibles en inmutables.
  • Los contratos se pueden ejecutar con gran velocidad.
  • Se pueden ejecutar sin necesidad de que terceras personas los interpreten o validen.
  • Nos encontramos ante un “robot” que ejecuta lo estipulado por las partes implicadas en el contrato.
  • Los dispositivos “Smart” como coches, relojes, ordenadores, televisiones, etcétera, se pueden vincular a este tipo de contratos gracias a su conexión a Internet.
  • Estos contratos están especialmente indicados para Internet y para empresas que operan en diferentes jurisdicciones combinadas en sus negocios.
¿Qué diferencia hay entre un contrato tradicional y uno inteligente?

La principal diferencia entre un contrato tradicional y uno inteligente es que “los contratos inteligentes fomentan un nuevo tipo de relación comercial basada en la confianza en las nuevas tecnologías; al heredar las propiedades de Blockchain, los contratos inteligentes ofrecen inmutabilidad y almacenamiento distribuido, que es lo que más los distingue de los acuerdos tradicionales. La inmutabilidad y el almacenamiento distribuido permiten que los contratos inteligentes se conviertan en un medio creíble para realizar acuerdos comerciales y realizar transacciones. Las tecnologías Blockchain y Smart Contract están impactando a las empresas y sentando las bases para el futuro de los negocios” [2] .

Entre los beneficios de estos contratos inteligentes se pueden citar la reducción de los costes asociados al cumplimiento y a la ejecución de los contratos, y su idoneidad respecto a los contratos de bajo valor cuya formalización es muy reiterada.

Algunas desventajas de los contratos inteligentes son [3] :

  • La falta de escalabilidad o implantación.
  • La necesidad de acreditar los datos, para lo cual se están desarrollando servicios de datos confiables (“oráculos”).
  • Error humano en la fase de programación.
  • La difícil modificación de las condiciones, que son inmutables en principio, para lo que se está trabajando en el desarrollo de un sistema de “Blockchain editable”.
  • El código que forma el “Smart Contract” puede resultar visible para las partes que estén en la red, comprometiendo la privacidad.
  • Ausencia de regulación y, por tanto, inseguridad jurídica.
  • Costos de implementación (codificador y estructura de la empresa).

Entre sus riesgos destaca la excesiva dependencia del sistema informático que ejecuta el contrato, sin que sea precisa la intervención humana, que siempre puede atemperar las consecuencias asociadas al automatismo en función de matices no aprehensibles por las máquinas.





[1] Ortega Giménez, A. (2019): “’Smart Contracts’ y Derecho Internacional Privado”, Thomson Reuters Aranzadi. Págs. 30 y 31.

[2] Ibíd, pág. 21.

[3] Ibíd, pág. 32.